23 de junio de 2014

Una noche mas sueño que vuelo,que las leyes de la gravedad se rompen.
Todo comienza sumergiéndome en una gran piscina,extensa e irregular,en lo que anteriormente fue el suelo de asfalto del patio del recreo de mi escuela,y buceo.
Y ahí es cuando el agua se desvanece y el ligero color azul se esfuma,y se vuelve la atmósfera,el aire,la nueva ley de gravedad,pero mucho mas libre y ligera que sumergida en el agua.
Me impulso con solo la fuerza de mis piernas y floto,y me dejo mecer.
Hasta que tomo todo el control,y como quien despierta de un largo letargo,me despierto perezosa y lentamente hasta que los lentos y seguidos giros sobre mi misma en el aire se vuelven un tornado descontrolado que asciende en línea recta hacia lo mas alto del cielo y que acto seguido se precipita en picado hacia el vacío,pero con la seguridad de que a pocos metros de tocar el suelo volverá a alzarse.
Una noche mas sueño,que poco a poco,sin prisa pero sin pausa,mientras recorro este pequeño mundo mío libre ataduras y gravedad,brotan de mi espalda unas alas,que primero se asoman tímidamente,que sus plumas tiemblan y aletean con prisa,pero que antes de que se den cuenta,han ido creciendo con cada uno de esos pequeños aleteos hasta convertirse dos inmensas alas,envidiadas por las aves,que con resentimiento y disgusto miran porque no son capaces de surcar el cielo como ellas.
De nuevo,este dulce y placentero sueño,tan íntimo para mi y que tantas veces se ha repetido desde mi niñez.

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